Por Camilo Gómez
Noticias Los Ríos

Muchos estábamos, aun en esta pequeña ciudad del sur del mundo, expectantes a la elección presidencial que se llevaba a cabo en Estados Unidos. Así, entre tanto nombrar a Virginia, Ohio, Florida, conceptos como third party o millenials que poco o nada tenían de cotidianos para nosotros surgía la pregunta – máxime al ver la sensación de pánico general que se extendía por redes sociales ante el triunfo de Trump – ¿Qué puede importarle a la gente de La Unión lo que pase con los “gringos” y su política?

hero_wide_640La verdad es que nuestra ciudad tiene una economía – como casi todo Chile – de carácter primario, es decir, producimos materias primas. Las principales fuentes de trabajo en la ciudad están dadas por el sector forestal, pues todos esos camiones cargados de troncos van a parar directo a otros países, o por el sector agrícola [es necesario recordar esos veranos de trabajo en la fruta, donde los arándanos y frambuesas van a parar principalmente a los postres de otros países] por ello es muy importante la situación internacional, específicamente, el precio del dólar y las posibilidades de que alguien nos compre lo que nosotros vendemos.

El dólar ha caído, unos cuántos pesos inmediatamente tras la elección de Trump, es decir, nuestros arándanos valen un poco menos y la madera que exportamos también, evidentemente son solo unos pocos pesos y eso no es para preocuparse, pero ahí surge otro indicador: las bolsas de comercio.

Las bolsas de comercio, son espacios donde, además de gritar mucho y agitar papeles en el aire, la gente compra y vende acciones [las acciones representan la parte que uno tiene de un negocio, es decir, si tenemos una empresa con 100 acciones y tenemos 10 personas con 10 acciones, cada uno tiene derecho, en términos simples, a llevarse el 10% de las ganancias de lo que la empresa genere], el problema es que las bolsas del mundo se desplomaron: en un rato la bolsa de Tokio cayó 5%, es decir, los negocios que se ven en esa bolsa, perdieron dinero, así como todos los que formaban parte del negocio, únicamente por un factor: el miedo.

Las emociones juegan un rol muy importante en el comercio, por un fenómeno que se llama “especulación”, esto en términos simples significa que los inversionistas [personas que se supone que saben hacer negocios y ganar dinero para ellos y quienes los contraten] calculan si un negocio es rentable o no, el problema en este caso, es que el nuevo presidente de los Estados Unidos, dijo que él no estaba tan interesado en mantener el comercio internacional así como está, y eso dispara las alarmas de los inversionistas, quienes al verlo como ganador dicen: ¡Chanfle! Va a joder el negocio.

Lo anterior dispara las alarmas y además de gritar y correr en círculos, las acciones bajan, se empieza a crear un espacio en que todos creen que los negocios irán mal, porque EEUU que es una de las principales economías del mundo, al perecer ya quiere seguir las reglas que se han seguido hasta hora [por ejemplo, los tratados de libre comercio].

Así las cosas, los negocios empiezan a perder dinero, la gente no quiere gastar por miedo a perder sus negocios e inversiones y eso significa que los vendedores – sí, incluso nosotros que vendemos madera y productos agrícolas – no pueden vender sus productos como antes, o si lo hacen, lo hacen a un peor precio.

Entonces, el pánico de todo el mundo, la especulación de los inversionistas, y por supuesto, lo que diga o haga el presidente de los Estados Unidos importa, a casi todos, incluidos a quienes vivimos en esta pequeña ciudad al sur del mundo, porque vivimos lejos, pero conectados.